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| Ricard Viladesau amb la Cobla de la Casa de Catalunya de València. Foto: Revista Destino. |
COBLA DE LA CASA DE CATALUNYA DE VALÈNCIA (Article meu publicat a la Revista SOM).
A les pàgines 12 i 13 del nº 921 de la Revista DESTINO, datada el 2 d'Abril de 1955, hi ha un article que signa Santiso (crec que es deia Juan Santiso), que reprodueixo literalment, doncs crec que és una part de la història de la Música de Cobla que val la pena recordar. Està escrit en un castellà una mica recargolat, però culte, difícil de trobar en la premsa escrita actual. Les anotacions en cursiva entre claudàtors són meves.
POSTAL DE GERONA
GERONA EN VALENCIA
GERONA EN VALENCIA
No hace todavía un año, en mayo pasado [1954], una firma gerundense dedicada al comercio de articulos musicales [era el taller del lutier, músic i joier Pere Pardo i Rustey, de La Bisbal d’Empordà] expedía a Valencia unas cajas consignadas a nombre de don Salvador Vilarrasa [i Sicra]*. La mercancía consistía en «la madera» de una Cobla de sardanas, esto es, tiples, tenoras, con sus «tudells» y cañas, «flabiol» y «tamborino»; acompañaba la remesa un ejemplar del famoso «Método de Tenora y Tible», del maestro [Josep] Coll y Ligora. El instrumental en cuestión había sido fabricado en La Bisbal, las cañas en Castelló de Ampurias [els germans i Enric i Josep Riera i Bolasell, els dos tenores de la Cobla Els Rossinyols durant anys i panys, tenien un petit taller on feien canyes de tenora i tible]; el maestro Coll es de Cassá de la Selva. Estaba visto que el consignatario quiso andar sobre seguro. Gerundense conspicuo, por más señas de Besalú, como saben muy bien sus paisanos de la antigua villa condal, el señor Vilarrasa sabía perfectamente a qué atenerse sobre el particular. Si se quería crear una cobla de sardanas en tierra valenciana, la «Cobla de la Casa de Cataluña», don Salvador y sus amigos dirigentes del «Casal» sabían que la presencia del Ampurdán y de la Selva era de todo punto indispensable. Los músicos serían valencianos, conforme, y aun, más que conforme, magnífico, pero el instrumental procedería de la yema del huevo sardanista del país.
Medio año más tarde, en noviembre [1954], la «Cobla de la Casa de Cataluña en Valencia» podía dar la primero audición pública en una solemne fiesta celebrada en la Glorieta de Valencia. El éxito fué mayúsculo. Sin embargo ...
… Sin embargo, los creadores de la Cobla no se sentían del todo satisfechos. Las audiciones de sardanas obtenían éxitos indiscutibles. Los músicos — ¿hay que decirlo, siendo valencianos? — eran magníficos. Los instrumentos, como ampurdaneses, estupendos. Pero faltaba algo, algo imponderable que nadie acertaba a expresar y a definir. Era, sin duda, el hálito mágico, vital, de la tierra lo que le faltaba a la «Cobla de la Casa de Cataluña». Pero esto no se podía adquirir en ningún almacén de música por muy gerundense que fuese. Entonces don Salvador Vilarrasa escribió unas cartas. La inminencia de las fiestas de la ciudad del Turia daba a estas misivas un carácter perentorio. Y pocos días después, en los últimos del inacabado febrero [1955], llegaba a Valencia una brillante embajada de Gerona portadora del soplo de tramontana vivificador tan anhelosamente solicitado. Integrábanla el compositor de sardanas Bartomeu Vallmajó [i Soler], bisuldunense como Vilarrasa, el crítico musical [Josep] Massanas [i Bussot], natural de Palafrugell y el músico [Ricard] Viladesau [i Caner], «el príncipe de la tenora» (¿no fué [Pau] Casals [i Defilló] quien le adjudicó este honroso título?), nacido en Calonge, y vinculado a uno de los conjuntos sardanísticos de mayor solera y renombre del país: la «Principal de La Bisbal»**. Aparte su maestría como ejecutante, Viladesau es también compositor de canciones, algunas de las cuales han dado la vuelta al mundo.
Los embajadores de la sardana fueron recibidos en Valencia con todos los honores. Es casi una perogrullada consignar que entre tales solemnidades no faltó un pantagruélico arroz en El Grao.
Los gerundenses pusieron seguidamente manos a la obra. El día 26 [de Febrer de 1955] hubo un meticuloso y agotador ensayo general de la Cobla dirigido por Viladesau. Por la noche, Massanas pronunció en la Casa de Cataluña una conferencia bajo el título «Origen de la sardana, su música, compositores e instrumentos», de la que se hizo eco toda la prensa de Levante. Después de la disertación, la Cobla interpretó «El cavaller enamorat», de [Joan] Manén [i Planas] y «Perdó», de Viladesau, ésta bajo la dirección del propio autor. Los «entendidos», que constituían la mayor parte de los oyentes congregados en el «Casal», no salían de su asombro. La Cobla pareció otra. Había bastado el contacto mágico con la tierra personificada en tres de sus hombres, para que la Cobla se encontrara a sí misma y adquiriera el «bouquet» inconfundible del solar de la sardana. El contacto mágico y, digámoslo todo, las enseñanzas, practicadas con el ejemplo personal, del maestro Viladesau.
La consagración del triunfo tuvo lugar al día siguiente [27 de Febrer de 1955] en la Glorieta de Valencia donde se celebró una magna audición de sardanas, ínterpretándose dos de Viladesau, tres de Vallmajó y una [València balla sardanes] (estreno) del maestro valenciano [Natalio] Garrido [i Verde] como un símbolo de la solemne entrada de Valencia en la órbita, cada vez más extendida, de la danza típica de Cataluña. El propio Viladesau «hizo» la tenora solista. En la foto le vemos, carrillo hinchado, soplando una de sus «refiladas» maestras; la actitud casi reverente del público, pendiente de los labios y las manos del ejecutante, mucho más que de las múltiples anillas que los sardanistas trenzaban a pocos pasos, es ilustrativa del interés con que los valencianos, los autóctonos y los catalanes valencianizados, acogieron el acontecimiento.
La audición terminada, un suculento arroz con discursos sellaba la fraternidad entre las dos regiones levantinas a la vez que el ingreso de Valencia en la benemérita Orden de la Sardana después de una dura vela de armas. Personificada por tres de sus hijos, Gerona (esto es, el Ampurdán, la Selva y la Montaña), madrina amorosa, acababa de darle el espaldarazo ritual.
— «SANTISO».
* Salvador Vilarrasa i Sicra (Besalú, 1890 – València, 1970) era un industrial del negoci de la fusta que a principis dels anys 20 es va establir a València, i del qual se’n pot trobar més informació en aquest enllaç.
** La Principal de La Bisbal va actuar aquell mateix any 1955 a València fent diferents concerts i audicions, propiciats per la Casa de Catalunya.
La Cobla de la Casa de Catalunya de València va estar activa al menys fins l’any 1967, segons he pogut veure a les hemeroteques.
Medio año más tarde, en noviembre [1954], la «Cobla de la Casa de Cataluña en Valencia» podía dar la primero audición pública en una solemne fiesta celebrada en la Glorieta de Valencia. El éxito fué mayúsculo. Sin embargo ...
… Sin embargo, los creadores de la Cobla no se sentían del todo satisfechos. Las audiciones de sardanas obtenían éxitos indiscutibles. Los músicos — ¿hay que decirlo, siendo valencianos? — eran magníficos. Los instrumentos, como ampurdaneses, estupendos. Pero faltaba algo, algo imponderable que nadie acertaba a expresar y a definir. Era, sin duda, el hálito mágico, vital, de la tierra lo que le faltaba a la «Cobla de la Casa de Cataluña». Pero esto no se podía adquirir en ningún almacén de música por muy gerundense que fuese. Entonces don Salvador Vilarrasa escribió unas cartas. La inminencia de las fiestas de la ciudad del Turia daba a estas misivas un carácter perentorio. Y pocos días después, en los últimos del inacabado febrero [1955], llegaba a Valencia una brillante embajada de Gerona portadora del soplo de tramontana vivificador tan anhelosamente solicitado. Integrábanla el compositor de sardanas Bartomeu Vallmajó [i Soler], bisuldunense como Vilarrasa, el crítico musical [Josep] Massanas [i Bussot], natural de Palafrugell y el músico [Ricard] Viladesau [i Caner], «el príncipe de la tenora» (¿no fué [Pau] Casals [i Defilló] quien le adjudicó este honroso título?), nacido en Calonge, y vinculado a uno de los conjuntos sardanísticos de mayor solera y renombre del país: la «Principal de La Bisbal»**. Aparte su maestría como ejecutante, Viladesau es también compositor de canciones, algunas de las cuales han dado la vuelta al mundo.
Los embajadores de la sardana fueron recibidos en Valencia con todos los honores. Es casi una perogrullada consignar que entre tales solemnidades no faltó un pantagruélico arroz en El Grao.
Los gerundenses pusieron seguidamente manos a la obra. El día 26 [de Febrer de 1955] hubo un meticuloso y agotador ensayo general de la Cobla dirigido por Viladesau. Por la noche, Massanas pronunció en la Casa de Cataluña una conferencia bajo el título «Origen de la sardana, su música, compositores e instrumentos», de la que se hizo eco toda la prensa de Levante. Después de la disertación, la Cobla interpretó «El cavaller enamorat», de [Joan] Manén [i Planas] y «Perdó», de Viladesau, ésta bajo la dirección del propio autor. Los «entendidos», que constituían la mayor parte de los oyentes congregados en el «Casal», no salían de su asombro. La Cobla pareció otra. Había bastado el contacto mágico con la tierra personificada en tres de sus hombres, para que la Cobla se encontrara a sí misma y adquiriera el «bouquet» inconfundible del solar de la sardana. El contacto mágico y, digámoslo todo, las enseñanzas, practicadas con el ejemplo personal, del maestro Viladesau.
La consagración del triunfo tuvo lugar al día siguiente [27 de Febrer de 1955] en la Glorieta de Valencia donde se celebró una magna audición de sardanas, ínterpretándose dos de Viladesau, tres de Vallmajó y una [València balla sardanes] (estreno) del maestro valenciano [Natalio] Garrido [i Verde] como un símbolo de la solemne entrada de Valencia en la órbita, cada vez más extendida, de la danza típica de Cataluña. El propio Viladesau «hizo» la tenora solista. En la foto le vemos, carrillo hinchado, soplando una de sus «refiladas» maestras; la actitud casi reverente del público, pendiente de los labios y las manos del ejecutante, mucho más que de las múltiples anillas que los sardanistas trenzaban a pocos pasos, es ilustrativa del interés con que los valencianos, los autóctonos y los catalanes valencianizados, acogieron el acontecimiento.
La audición terminada, un suculento arroz con discursos sellaba la fraternidad entre las dos regiones levantinas a la vez que el ingreso de Valencia en la benemérita Orden de la Sardana después de una dura vela de armas. Personificada por tres de sus hijos, Gerona (esto es, el Ampurdán, la Selva y la Montaña), madrina amorosa, acababa de darle el espaldarazo ritual.
— «SANTISO».
* Salvador Vilarrasa i Sicra (Besalú, 1890 – València, 1970) era un industrial del negoci de la fusta que a principis dels anys 20 es va establir a València, i del qual se’n pot trobar més informació en aquest enllaç.
** La Principal de La Bisbal va actuar aquell mateix any 1955 a València fent diferents concerts i audicions, propiciats per la Casa de Catalunya.
La Cobla de la Casa de Catalunya de València va estar activa al menys fins l’any 1967, segons he pogut veure a les hemeroteques.
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| Ricard Viladesau amb la Cobla de la Casa de Catalunya de València. Foto: Revista Usted. |
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| Ricard Viladesau amb la Cobla de la Casa de Catalunya de València. Foto: Revista Usted. |
Dues fotografies més del mateix esdeveniment que he trobat en un exemplar de la Revista Usted.
Fotos: Biblioteca Pública de Girona Carles Rahola.
Una vegada acabada aquesta entrada, en Jordi Molina i Membrives em va enviar unes quantes fotos més, aquesta i les següentes, algunes repetides respecte a les anteriors, però amb una mica més de qualitat.
En segon terme es pot veure a Salvador Vilarrasa i Sicra, Rosa Carrera i Gironella (esposa de Ricard Viladesau), Rosa Madrenas i Guardiola (esposa de Bartomeu Vallmajó) i Josep Massanas i Bussot.
Foto: Museu de la Mediterrània. Fons Família Viladesau.
Foto: Museu de la Mediterrània. Fons Família Viladesau.
Foto: Museu de la Mediterrània. Fons Família Viladesau.
Foto: Museu de la Mediterrània. Fons Família Viladesau.
Foto: Museu de la Mediterrània. Fons Família Viladesau.
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